ESENCIA
Cuando las rosas se vuelvan espinas
recuperaremos nuestro tallo,
volaremos frente al miedo y saldremos, gateando.
Al mirarlo, desde lejos,
brillará lo que ha acabado,
difuminándose en el cariño...
perdiéndose en el pasado...
Cuando la espina marque la mano...
veremos que no hay espina, ni rosa, ni tallo.
Siempre fui esa flor...
...sólo hoy siento su tacto,
su armonía y su esencia
en cada despertar y en cada paso.
© Lucia Navarro Luna.