'Río de Silencio' es la reflexión que surge tras un fin de semana de retiro en meditación silenciosa. Es ese torrente que te sale del corazón cuando vacías la mente...
RIO DE SILENCIO
Aprendí contigo, de tu fuerza y de tu ejemplo,
que hay otros modos de hacer las cosas más allá de lo que veo,
que tu camino en mi camino fue un punto de apoyo
con el que me has ayudado a subir, a experimentar, a incidir.
A mirar tu ser y sentir tu energía,
las personas están por encima de mis inseguridades,
de a quién entregué las llaves, y de mis malos días.
Que tienes derecho a expresar tu dolor, tu frustración
y que puedo escucharte sin sentir que invades mi espacio,
mi libertad, mis sueños ni mi vida.
Has puesto luz a mis ojos girando levemente mi cabeza,
he visto así que hay más, que hay mucho más.
Y me has devuelto las llaves cedidas,
para volver a ser El Mago en el Tarot de esta escenografía.
Que podemos compartir días claros y noches oscuras,
y no importa,
pues al final del camino no habrá habido ni luces ni penumbras,
habré experimentado lo que necesitaba,
y si he llegado donde quería, habrá sido con tu ayuda.
Si lloré es que te di mis llaves, y si sonreí
es que sentí tu mano en la mía,
pero fue mi elección, y tu presencia una gran guía.
He herido al sentirme herida, me he cerrado a la vida
y me he roto con cada nuevo cambio de rumbo,
y lo siento.
Aprendí...
que el silencio no es ese abismo que te devuelve a la soledad,
sino ese espacio necesario que da sentido a las notas
dando lugar a una pieza musical,
convierte palabras locas en frases con sentido,
es ese momento en el tiempo que te permite procesar,
comprender e integrar.
Son esos golpes de cincel que dan forma,
que marcan la senda hacia un enfoque distinto.
Sin silencio... no hay maestro ni puente al infinito.
No ha habido amigo o enemigo que asaete
ni abra heridas.
Mi corazón ya no entiende de eso.
Te reconozco, te quiero, te agradezco y te siento.
Eres cada instrumento con el que he podido medirme,
cada obstáculo con el que he logrado probarme,
y cada abrazo que me ha devuelto la fe perdida,
cada luz, clara u oscura, que me ha llevado a emerger
del río
más persona y menos fría.
Sé que te volveré a ver...
.......................................algún día.
© Lucia Navarro Luna.