CUNA
Mientras mi niña duerme
me sonrío en este silencio en penumbra,
readapto de nuevo mis ojos
donde una furtiva lágrima se acurruca.
Acaricio su fino cabello
sin osar mover un dedo,
no fuere que sus perfectas pestañitas
se abran de golpe y rompan este sueño.
Te miro tan pequeña,
te veo tan perfecta...
y me pregunto
cómo serás mañana.
Y me da tanto miedo que
dejes de ser así,
pero quiero verte
con Tu Luz ante mi.
Así pasaron veintidós años
y aún puedo verte así,
con tus pestañitas perfectas
y mejor aún de lo que
imaginé para ti.
Ahora sí...
me sonrío en este silencio en penumbra,
readapto de nuevo mis ojos
donde una furtiva lágrima se acurruca.
Acaricio su fino cabello
sin osar mover un dedo,
no fuere que sus perfectas pestañitas
se abran de golpe y rompan este sueño.
Te miro tan pequeña,
te veo tan perfecta...
y me pregunto
cómo serás mañana.
Y me da tanto miedo que
dejes de ser así,
pero quiero verte
con Tu Luz ante mi.
Así pasaron veintidós años
y aún puedo verte así,
con tus pestañitas perfectas
y mejor aún de lo que
imaginé para ti.
Ahora sí...
con tus brazos
alrededor de mí.
CUNA 2
Tu pupila en mi pupila
se expande a tu interior,
donde crece,
arraigada y viva,
una flor con corazón.
Tu Flor... Mi Sol...
Dueña de un camino
que jamás nadie cruzó,
directa a los brazos
de una niña que creció.
© Lucia Navarro Luna