sábado, 18 de abril de 2015

Estallar Emociones

'Estallar Emociones' deja escapar en un estallido las emociones que embargan cuando sientes demasiado y te ves obligada a encorsetar todo aquello que te embarga y quiere salir a patadas. Las notas... Te golpea por dentro sin piedad... y duele... y te extasia... y te supera... y te eleva... y te hunde.



ESTALLAR EMOCIONES

Cómo quisiera estallar al viento estas 15.000 emociones,
variadas y personales, pasionales y desenfadadas,
mías... propias... dulces...
crueles y avasalladoras.
Podrían ser maravillosas, podrían serlo puesto que
proceden de un cúmulo de colores y de sensaciones
dignas de un vivo soñador,
podrían serlo, sí, pero el tener que reprimirlas,
ahogarlas, estrangularlas... tratar de aniquilarlas,
revierte este sueño en un tormento de situación.

Y aun así me embarga el alma,
me oprime el corazón.

Y me envuelve esa tristeza, profunda y sosegada,
de tener que despedirla y renunciar a ella
casi antes de que venga,
a una incipiente mañana que prometía soleada,
pero que mira fijamente... y se aleja.

© Lucía Navarro Luna

viernes, 3 de abril de 2015

Señor (a Jesucristo)

 'Señor' es un canto silencioso al sentimiento que me inspira la energía que me inspira pensar en Él. Hay quien dice que no existió, y hasta puede que tengan razón, pero lo que yo siento... sí es real. Y sólo me lo inspira Él. Es una energía revitalizante que me mueve a desear ser mi mejor versión para mí misma. Como dice un tema que llevo muy adentro: <<Señor, me has mirado a los Ojos. Sonriendo... has dicho Mi Nombre>>.


SEÑOR (a Jesucristo)

¿Dónde he estado tantos años, Señor,
perdida de tu mano?
La luz en tus ojos que anhelo tanto,
esa cruz que me ha marcado.
Ignorando, altanera y soberbia,
tus silenciosos pasos a mi lado;
alejando de mí, con vasta firmeza,
la suavidad de tus brazos...

...que no he dejado de necesitar
un sólo día de mi vida.

Hoy, ante tu Cruz,
siento que me rompo en llamas.
Nuestros días en el Mar
siguen aquí, Señor,
dentro de mi alma.

Vuelve tus ojos de nuevo a mí
que mis brazos hoy te llaman.


© Lucía Navarro Luna