Un día tu corazón comprende y acepta que él es libre de elegir, y que tú también lo eres de no permanecer más en esa telaraña.
TUS ALAS
Tarde he visto tus derechos,
amigo y amor mío,
mi propio dolor no me dejaba ver
que merecíais esa oportunidad,
que os queréis demasiado
como para dejarlo marchar,
mi vanidad no quiso entender
que tienes alas para volar;
te quise retener, te quise para mí,
y casi te hago chocar.
Las rocas no son para ti,
ni para nadie,
las alas son para volar.
amigo y amor mío,
mi propio dolor no me dejaba ver
que merecíais esa oportunidad,
que os queréis demasiado
como para dejarlo marchar,
mi vanidad no quiso entender
que tienes alas para volar;
te quise retener, te quise para mí,
y casi te hago chocar.
Las rocas no son para ti,
ni para nadie,
las alas son para volar.
Espero que nunca nadie
me quiera como yo te he querido,
que no me quiera para sí
sino por mí misma.
Tarde y mal entiendo
que no sirve de nada pedir perdón
cuando te duele haber tratado
de retener un corazón.
Eres libre...
siempre lo fuiste.
Desde esta tarde también me
siento libre yo.
© Lucia Navarro Luna.